Buenos días y bienvenid@ a El Constructor de Mundos. Hoy traigo un artículo muy especial para mi: La Reseña de TR3S, el gran libro de relatos del escritor David Generoso. Para mi es todo un reto, ya que nunca he reseñado un libro de este género. Algo similar me ocurrió al reseñar Cómo escribir fantasía de Ana González Duque, un muy recomendable libro de no ficción.

      David Generoso es un gran escritor de relatos. Si no lo conces te recomiendo que te pases por su blog, ya que tiene una enorme cantidad de relatos (este año ha realizado el reto Ray Bradbury de escribir un relato cada semana y es increible las joyas que llega a crear en tan corto plazo de tiempo). También tiene un grupo de facebook llamado Cómo escribir relatos cortos y divertirse para hablar sobre la escritura de relatos.

      Pero comencemos con la reseña de TR3S. No sabía muy bien como afrontarla, así que he decidido hacer un pequeño análisis de cada relato (sin destriparlos) y una opinión general del libro. Comencemos, ya que hay mucho de lo que hablar:

Breve análisis de cada relato:

      Enamorarse en diferido: David Generoso empieza su colección de relatos de una manera muy potente. Es un relato que nos habla sobre el amor, pero partiendo de un concepto muy original. Para hacerte una idea, sería como si Oscar Wilde hubiera imaginado su Retrato de Dorian Gray transformándolo en una historia de amor. Tiene un ritmo muy rápido y atractivo, y la gran virtud de dejarte con la miel en los labios al terminar de leerlo. Ya solo por este relato merece la pena el libro entero, pero solo es el primero.

      Un payaso de zapatos gigantes: Este relato me parece una oda a la escritura. Podemos observar a un escritor muy especial, que mientras crea una historia en la que acompañamos al personaje, a su vez conocemos la naturaleza tan diferente del creador. En este relato comienza a aparecer una de las características que más me enamora de David, su humor. Mediante un sarcasmo muy inteligente te verás a ti mismo sonriendo mientras avanzas en esta lectura. Es increíble como en tan pocas páginas puede pasar de la fantasía a la acción, del humor al surrealismo, y todo de un modo tan bien hilado.

      120 disparos: Cuando aún sigues con la sonrisa pintada en la boca a causa del relato anterior, David Generoso nos traslada a una distopía que te la borra de un plumazo. Dos personas se conocen en un clima de protestas y los acompañamos en una historia en la que el autor te va estrujando más y más el corazón. Es un relato desgarrador, duro y cruel. El párrafo final debería aparecer en cualquier libro que quiera enseñar cómo se acaba un relato.

      Soy mi hijo: Para reponernos del relato anterior, David salta de nuevo a otro con un tono más amable. Lleva aquella frase de ponerse en la piel de tu hijo al extremo. Es una gran reflexión sobre lo que supone ser adolescente, vista desde alguien que ya hace tiempo pasó esa época y ahora sufre sus “consecuencias”. Es imposible no sentirte identificado por ambos personajes, padre e hijo. A mí, que soy padre primerizo, me ha llegado mucho este relato, aunque al mío aún le falta mucho para llegar a esa temida época.

      Cómo olvidar lo inolvidable: David Generoso vuelve a dar un salto y nos trae en este relato lleno de poesía uno de los escritos más impactantes que he leído (y releído muchas veces) en tiempo. Abre su alma de par en par y deja el corazón al aire, para que lo veamos con todas sus cicatrices. Tengo que reconocer que me ha tocado muy de lleno y más de una lágrima ha mojado estas páginas, al sentirme muy identificado en muchos aspectos. Pero no es solo lo que dice, sino cómo lo dice. Cada frase es lapidaria, cada pensamiento se dibuja en tu mente. Como muestra dos botones:

     Mi vida es un monólogo. Y tu recuerdo, el único espectador.

     No tengo derecho a pedirte nada. Salvo una cosa. Sólo una. Pequeña. Diminuta. Casi protónica: no me olvides.

      El detective torpe, el escritor de Amazon y la madre que parió al perro salchicha: Cierra esta colección de grandes relatos uno que tiene las características que creo definen mejor a David Generoso: una escritura impecable, un humor muy inteligente y unas visitas al surrealismo más atractivo. Sirve de ácida crítica a la mala literatura y a las legiones de fans que arrastran a veces estos libros (no pondré ejemplos para no ganarme enemistades). Seguimos a dos personajes muy curiosos, un mal detective y un escritor documentándose para la peor novela posible, en un alocado día a día que me encantaría ver plasmado en la gran pantalla. Y vuelve otra de las características de gran escritor de relatos que tiene David, sus grandes finales.

Opinión general:

      Una vez analizados los relatos uno a uno, me gustaría dar una breve opinión del libro en su totalidad. Cuando me enfrento a leer un libro de relatos, suelo tener dos miedos. El primero es enfrentarme a un libro que “solo” es un grupo de relatos unidos sin ningún nexo. No me refiero solo a temática, sino a algo conceptual. Este libro habla de la memoria, pero de la memoria en muchos aspectos diferentes. Nos encontramos con relatos que hablan de recuerdos, de meterse en la mente de otros, de borrados de memoria (ya sea casual o intencionado),… Cada relato tiene una personalidad propia. Funcionan muy bien por separado. Pero todos tienen este concepto en común. Es un nexo que enriquece al conjunto.

      El otro miedo que suelo tener es a encontrarme con relatos de muy diferente calidad, y mientras unos sean grandes historias, otras cojeen por algún lugar. Este no es el caso de TR3S. Es impresionante ver como logra el autor unir una serie tan diferente de relatos tanto en forma como en fondo, y lograr que todos brillen por igual. Es de los libros que, con perdón, acabas diciendo: Qué cabrón. Qué bien escribes.

      Al hablar de escribir no me refiero solo al lenguaje, sino también a lo formal,… Son relatos a los que no les falta ni les sobra nada. Podría ser un pintor que da los brochazos justos para que su lienzo brille. Pero es que encima David sería un pintor que va pasando del cubismo al hiperrealismo, pasando por el puntillismo, la pintura abstracta,… y todo lo hiciera bien.

      Hay momentos en los que pareciera que estás leyendo una antología de relatos de autores diferentes, ya que uno no tiene nada que ver con el otro, o al menos no lo parece. Pero cuando vas adentrándote en el libro lees las señas de identidad de David en cada página. Los temas pueden ser muy diferentes, también los ritmos (me maravilla como juega con los ritmos en su escritura, como si él se metiera en tu cabeza y te ordenara cuando leer unas partes casi sin respirar y en cambio en otras te invitara a paladear cada palabra), pero siempre oyes la voz de David de fondo. Ese humor tan característico suyo, esa acidez del maestro que logra sacarte una sonrisa incluso aunque hable de ti.

      Y quiero terminar hablando de la poesía de sus palabras. Un relato, para ser buen relato, tiene que tener las palabras justas. El autor tiene que lograr pulir el texto hasta dejarlo limpio. Pero David, logrando eso con creces, hace de TR3S un libro que te toca el alma a cada palabra. Tengo hojas del cuaderno llenas de frases del libro que me llegaron dentro. Algunas son como suaves caricias, y otras son como puñales que la parten por la mitad. Pero no hay ninguna que te deje indiferente. En definitiva, es un libro imprescindible tanto para los amantes de los relatos como para aquellos que quieren descubrir un género muchas veces maltratado.

     El libro acaba con una hoja de agradecimientos. Y yo quiero acabar la reseña de igual manera: muchas gracias, David, por escribir un libro de alma a alma. Gracias por recordarme a cada palabra por qué amo la literatura.

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