Buenos días y bienvenid@ a El Constructor de Mundos. Últimamente se ha dado la casualidad de que he leído más de un texto sobre mundos con cierto toque extremo, sobretodo marcados por el frío. De entre todos destaca el mundo de Anisóptera de La sociedad de la Libélula, novela de Ana González Duque que reseñé en este blog. Esto me dio que pensar sobre la mitología del frío. Hay muchas culturas situadas en climas más extremos que deberían tener una serie de leyendas y mitos sobre su entorno (como la cultura Inuit). Como desconocía este aspecto de la mitología me puse a investigar, y este artículo es el resultado de dicha investigación.
Algo que tienen en común las culturas que viven en lugares tan extremos es su relación directa con la naturaleza. Son entornos muy duros, y las culturas que habitan en ellos tienden a adorarla y a cuidar de ella, dando gracias por permitirles subsistir. Por poner un ejemplo, los Inuit consideran que no cazan, sino que son los animales los que se dejan cazar para alimentarlos. Los cazadores realizan pequeños rituales para ayudar a que el alma regrese al mundo no terrenal, mientras espera volver a la tierra y repetir el ciclo.
Y hablando de los Inuit, es una de las dos mitologías que he estudiado para aprender de su amor por el invierno, la nieve y su entorno. La otra es la mitología celta, una mitología muy rica que llega hasta la actual Escocia, una zona con unos inviernos muy duros. Y por esta mitología empezaremos, por la celta y su diosa del invierno.
Cailleach Béirre, la diosa celta del invierno:
Es tomada como la responsable del invierno y de los paisajes montañosos de Escocia. Normalmente se la solía describir como una mujer anciana, con un tono de piel un tanto azulado (puede que recordando al color de la piel al ir congelándose). En muchos lugares solían decir que tenía un único ojo, como los cíclopes clásicos. Luego, al ser una diosa en relación directa con la naturaleza, se la solía describir con una xdentadura como de oso, y unos colmillos de jabalí.
Según cuentas las leyendas, cuando el invierno estaba a punto de llegar, salía de su escondite y se dirigía a la costa de Corryvreckan. Es una zona con unas condiciones climáticas muy duras, con fuertes corrientes de viento y con un mar muy virulento. Allí solía desplegar el manto que la cubría, dando paso a los temporales de invierno. Otra de sus características, según algunas fuentes, era que tenía una varita de acebo, y con ella hacía marchitarse a las hojas de los árboles y que cayeran durante el otoño.
Sus meses de máximo poder eran los actuales diciembre y enero, lo que en el calendario celta se conocía como la época entre Samhaim y Beltane. Tras esos meses de reinado, iba perdiendo parte de sus poderes, y comenzaba el reinado de Brigit, la diosa del fuego y de la primavera. Y cuando el verano llamaba a las puertas, allá por verano, Cailleach Béirre se convertía en piedra a la espera del siguiente invierno.
Pero esta alternancia entre diosas es diferente dependiendo de la zona. Si algo tienen las mitologías es que varían dependiendo de donde se cuenten. En algunas zonas se cuenta que una vez pasado enero Cailleach Béirre viajaba a la isla de Ábalon (lugar con unas leyendas que algún día tendré que analizar), y tras comer del arbol de la eterna juventud la anciana Cailleach se transformaba en Brigit, dando paso poco a poco a la primavera. Por lo tanto, algunos pensaban que se trataba de la misma diosa.
También resulta curioso ver la valoración tan distinta que daban los distintos pueblos celtas de las islas británicas a la presencia de Cailleach Béirre. Mientras que para los ingleses se trataba de una diosa maligna que provocaba males terribles en la naturaleza (dañaba los cultivos con el frío y el hielo, cubría de nieve todo,…), para los irlandeses se trataba de una diosa bondadosa que se encargaba de proteger a los animales de los momentos más duros del invierno (por eso también solía relacionarse a esta diosa con historias de protección a los animales y de ataque a los cazadores). Para los escoceses también se trataba de una diosa bondadosa, ya que era la creadora de las montañas escocesas y de sus preciosos paisajes invernales.
Como puedes ver, una misma figura puede ser vista de manera muy diferente ante sus poderes de frío y nieve. Las zonas más acostumbradas a estos climas la trataban con admiración, mientras que las menos acostumbradas la acusaban de destrozar su entorno.

Chamán inuit
La leyenda de Sedna
La cultura inuit es apasionante. Como antes he mencionado, tienen una visión de los animales muy respetuosa, y son muy agradecidos con la naturaleza por permitirles subsistir en esos entornos tan difíciles. También resulta muy curiosa su visión de la vida y la muerte. Ellos defienden que parte del alma de la persona que ha muerto viaja al cielo o al infierno, según haya sido su vida. Pero parte de su alma se traspasa a familiar recién nacido. Por ello es muy común que los bebés tomen los nombres de sus familiares fallecidos, ya que parte de su conocimiento pasa a habitar este nuevo inuit.
Pero entre toda la mitología y las leyendas que tiene esta cultura tan desconocida como apasionante, hay una que sobresale por encima de todas. En ella se habla sobre el origen de los seres marinos y sobre una joven que sufrió un terrible destino. Su nombre era Sedna.
Según los inuit, Sedna era una muchacha muy bella. Era la hija de un padre viudo. Cuando se hizo mayor, pese a su extrema belleza nadie quiso casarse con ella. Pero un día, vieron acercarse a lo lejos un barco extranjero. De él bajó un joven muy apuesto, y tras seducir a Sedna se la llevó con él. Pasado un tiempo, y separada de su tribu, Sedna se dio cuenta que aquel joven no era tal, sino un chamán de otra tribu. Se arrepintió y sus lamentos cruzaron los mares. Dichos lloros llegaron a oídos de su padre, que al ser consciente de lo ocurrido salió en su kayac a rescatarla.
Cuando el padre llegó donde Sedna, la subió a su kayac y trataron de escapar. Pero el chamán se dio cuenta de ello, y con sus poderes creo una terrible tormenta que prácticamente abrió el mar. El padre, al ver aquello, entendió que aquello quería decir que el mar reclamaba a su hija, así que la lanzó por la borda. Pero Sedna, aterrorizada, logró agarrarse al borde de la embarcación. Su padre, al ver peligrar la estabilidad de su kayac, sacó un hacha y cortó los dedos de Sedna. Esta, sin posibilidad de agarrarse, se hundió.
Cuentan que sus dedos se transformaron en los peces y las focas pequeñas que llenan los mares. Los pulgares se transformaron en grandes focas, morsas y ballenas. Mediante este sacrificio, el mar se tranquilizó, mientras que que Sedna fue cayendo hasta el fondo del mar, en una zona conocida como Adliden, que es el lugar donde esperan las almas de los muertos (esas medias almas que comentaba antes) a ser enjuiciadas por su vida. Y hoy en día sigue allí.
Dicen que cuando la pesca o la caza escasea, o cuando el mar está muy revuelto, es porque Sedna está muy enfadada porqu elas corrientes le han enredado el pelo y al carecer de dedos, no puede peinarse. Entonces, los chamanes realizan distintos rituales para tranquilizar a la diosa y peinar su pelo. De esta manera vuelve la calma y los inuit volveran a disponer de los alimentos que necesitan.
Apuntes para escritores
Como has podido ver, son dos visiones muy distintas de unas diosas relacionadas con la nieve, el invierno, y los fríos mares del norte. Así como he tomado estos dos ejemplos, podía haber tomado muchos otros: la leyenda del Yeti en el Tibet, la rica mitología siberiana (con sus dragones blancos, por ejemplo), los dioses de las nieves escandinavos (con unas coincidencias muy curiosas con la diosa celta Cailleach Béirre),…
Todo esto me lleva a sacar unas ideas que podrían ser útiles a la hora de crear un worldbuilding de un entorno nevado, frío, o con estaciones muy cambiantes entre el verano y el invierno:
- Un entorno tan duro como este marca mucho la cultura y la mitología del lugar. Los dioses que habitaran esa cultura creada tendrían la capacidad de ser muy benevolos con sus habitantes, o dado el momento castigarlos con dureza.
- La alimentación tendría una importancia vital para este pueblo. Si tienen estaciones cambiantes podrían acumular comida para el invierno, pero si la presencia de la nieve y el hielo es continua tendrían que adaptarse al medio. Esto haría de la alimentación algo fundamental, y los dioses suelen tener siempre algo que decir en momentos críticos como estos.
- La muerte de vuelve algo mucho más cotidiano en entornos como este. Se vuelve algo mucho más natural que en entornos más protegidos como el nuestro.
- La alimentación suele ser presominantemente carnívora. Primero porque en entornos así la vegetación crece a duras penas, y segundo porque la necesidad de grasas,… para sobrevivir se vuelve muy importante. Además, se puede jugar con un doble papel de cazador y presa. Todos los seres en un entorno así pueden comer a otros, y ser comidos y atacados por otros.
- Los chamanes son personalidades muy importantes en entornos así. Ellos son los responsables del trato con los dioses, y de tratar de calmar su ira. Esto les da un status muy alto dentro de la tribu.
Y estas son solo unas de las muchas enseñanzas que se pueden sacar de estudiar las mitologías de entornos nevados, o de lugares tan inhóspitos. Espero que te haya gustado el artículo y te sea de utilidad para dar forma a un worldbuilding con estos elementos de fondo. Muchas gracias por pasarte por El Constructos de Mundos y espero volver a verte pronto por aquí.
Qué bonita historia podría haber detrás de una civilización alienígena cuya mitología hable de extraños seres jamás vistos en ese planeta, y que encima resulten sospechosamente parecidos a criaturas terrestres, aunque ellos no lo sepan. Esa imagen que pusiste en tu grupo de FB me estampó esa idea en la cabeza, y alguna más como bien sabes ;) Un placer leer el artículo, Aritz. Todo los datos que aportaste eran nuevos para mí. Y todo mi apoyo por tu interés en dar coherencia social a cualquier elemento mitológico. Estoy totalmente de acuerdo con esa necesidad.
Muchas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí, Alejandro. La verdad es que la mitología tiene muchas lecciones que enseñarnos a los escritores. No somos conscientes del tesoro que tenemos al tener worldbuildings desarrollados durante siglos por civilizaciones antiguas. Y por cierto, me alegro mucho de que la imagen del grupo te fuera tan útil. Espero poder seguir aportándote grandes cosas. Un fuerte abrazo.